Carlos Felipe Aguilar Martinez 3-A T/V
La libertad la podemos entender como un derecho natural que todas las personas tienen por el hecho de existir, es la facultad de poder actuar según la voluntad de cada persona, sin afectar a terceros. Cada persona es libre para poder elegir lo que más le convenga para su propia mejora. De acuerdo con el Dr. Burgoa Orihuela la libertad en términos generales es “la cualidad inseparable de la persona humana consistente en la potestad que tiene de concebir los fines y de escogitar los medios respectivos que más le acomoden para el logro de su felicidad particular”[1]
Por otro lado, la procreación la podemos entender como el proceso bilógico que radica en la reproducción y multiplicación de la propia especie. Ésta puede ser entendida como una de las características esenciales del ser humano, que permite la existencia de la especies.
La libertad individual, se convirtió en un derecho subjetivo público que el Estado tiene que respetar. La libertad de procreación se encuentra dentro de las garantías de libertad. Las garantías de libertad son un conjunto de derechos públicos subjetivos, que protegen las libertades que el Estado debe respetar, y no pueden tener más limitaciones que las señaladas en la propia Constitución.
En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las garantías de libertad se encuentran contenidas en diversos artículos de la misma. La libertad de procreación la podemos ubicar en el artículo 4°, mismo artículo que ha sido reformado en varias ocasiones, y que en las últimas décadas se han incluido varios derechos que no guardan relación entre sí, pero que podemos ubicarlos entre los derechos de carácter social.
El artículo 4°, párrafo segundo establece lo siguiente:
“Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos”
La libertad de procreación implica que todos los gobernados puedan determinar cuántos hijos tendrán y decidir la distancia temporal que existirá entre ellos (en caso de que opten por tener más de un hijo), sin que ninguna autoridad del Estado pueda impedir está decisión. Podemos deducir que la libertad de procreación protege a la familia, pues se considera que ésta es la célula regidora de la sociedad, en ella se producen esencias humanas que le sirven a las personas en las diversas etapas de su vida.
Las decisiones se deben de tomar de manera libre, significa que no se trata de un control de natalidad impuesto, sino que es decisión de pareja, sin intervención de otras personas, y que la violencia y el engaño van en contra de esta libertad. Por ejemplo: una violación o inseminaciones fraudulentas.
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